Tengo la suerte, o bendición, o fortuna, o lo que sea de tener conmigo el respaldo de hermosas historias de parejas que contar y mostrar. Puedo decir con seguridad que cada una de ellas han llegado a mí y nos hemos elegido mutuamente. No es como muchos piensan que uno simplemente acepta los Clientes porque sí y porque es dinero o trabaja de ésto: no es así al menos en mi caso.
A veces comento una anécdota en las entrevistas sobre una pareja que entrevisté y al momento de llegar la novia sola y saludarla lo primero que me dijo fué: "No me interesan las fotos, te llamé porque todos dicen que hay que tener fotos de la Boda..."... Ok me dije por dentro... automáticamente supe que ésa no sería una pareja que yo querría mostrar o compartir. Además de su mala predisposición, la manera de tratarse fría entre ellos y la poca importancia a un momento tan importante en sus vidas me convenció de mi decisión. Y antes de finalizar la entrevista de 30 minutos, les dije amablemente que si bien yo trabajo de Fotógrafo y necesito el dinero para vivir, sentía que no era el Fotógrafo para ellos. Y fué así que no los tengo conmigo ahora.
¿A que voy con esta anécdota? Que las personas que tenemos cerca, que atraemos son las que queremos tener. Son las Historias que queremos compartir. Porque nos van a acompañar por el resto de nuestra vida.
Y que relación tiene todo esto con Lucila y Mauro? Nada. Y todo. Casi 3 horas de una entrevista. Bah, "entrevista". Charla. Risas, anécdotas, historias, más risas, charla y más charla. Al finalizar la entrevista sentía que quería tenerlos conmigo. "Apropiarme de ellos". Y no se me pongan celosos las demás parejas!!! Por todos he sentido sentimientos similares y por eso están aquí!
Para mí es muy importante conectarme con las parejas que voy a retratar, saber de ellos, sentir que confían en mí y que puedo hacerlo con ellos. No se trata sólo de una relación Cliente-Fotógrafo. Quiero cruzarme con ellos en la calle en 10 años y recordar sus fotos y sus momentos. Y saber de sus vidas. Porque son parte de la mía.
Cada foto nos conecta. No se trata sólo de presionar el obturador y decir: ah que linda foto salió. No. Se trata, al menos para mí, de recordar lo que sentí en ese momento al ver detrás del visor. Quienes estaban, que hablábamos y lo que pensábamos sobre la vida misma. Wou!
Quizás me explayé demasiado pero tratando de ser mejor fotógrafo, no me olvido de otra de las cosas que disfruto y es escribir con música de fondo y sin ningún teléfono que suene.
Que esperar de Lucila y Mauro. Nada y todo. Ellos son. Son. Son así, se ríen, sueñan y planean hacer muchos viajes por el mundo, tiene enormes sonrisas, son gigantes como seres, se miran y se aman, una pareja de esas de miles de años de novio y que se separaron como hacen muchos para darse cuenta de la estupidez que habían hecho y volver a buscarse para unir el destino de nuevo. El Destino ya tiene cosas planeadas para nosotros, y por más que luchemos... lo mejor es rendirse y dejarse caer.
Sonrisas. Amor. Frescura. Ellos son Lucila y Mauro. Se unen para siempre y para siempre son parte mía.